La pequeña ciudad donde se detuvo el tiempo es una discreta ciudad checoslovaca de discurrir tranquilo hasta la llegada del ejército nazi, y más tarde, del ejército ruso, que aparece en escena para liberar a sus habitantes del enemigo alemán, y en medio de todo ese trasiego humano orquestado por las mentes pensantes del momento –¡Dios nos libre de las mentes pensantes!–, el pueblo intenta sobrevivir, lucha por seguir adelante convirtiéndose inevitablemente en mera comparsa de la Historia.